¿Usáis adaptadores para vuestras tarjetas SIM? Pues mucho cuidado

Son un accesorio que vemos habitualmente en cualquier tienda de telefonía móvil, son muy baratos y nos permiten usar nuestra tarjeta en cualquier dispositivo que lleve SIM, microSIM o nanoSIM. Pero aunque parece que todo el mundo acepta su existencia, los fabricantes de smartphones saben de lo peligrosos que son y por eso sus garantías no cubren los daños que puedan provocar.

Dicho así parece que estamos hablando de bombas nucleares. No es así, pero sí que pueden provocar terribles problemas, sobre todo si sois de los que cambian habitualmente de smartphone, o si hacéis una portabilidad de una compañía a otra y toca sustituir la tarjeta SIM por la que os den en el nuevo operador.

Vayamos por partes. De primeras estos adaptadores no provocan daños en los móviles ya estos se ajustan perfectamente a la SIM que tenemos y cuando la insertamos en el terminal, todo queda bien puesto y operativo. El problema llega cuando las queremos sacar. Es ahí cuando se produce el mayor riesgo y el momento en el que nuestro terminal corre el mayor de los peligros.

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Tened en cuenta que la conjunción de tarjeta y adaptador no ofrece una superficie tan lisa y uniforme como la de una SIM con el tamaño correcto, por lo que al pasar por encima de los pines que la leen, alguno podría quedarse enganchado en esas irregularidades que tiene. Si eso ocurre, en el momento que tiremos para intentar sacarla lo romperemos. Esto nos lo hablamos de oídas, lo hemos padecido en nuestras propias carnes en distintos dispositivos que, por cuestiones de trabajo, hemos necesitado usar con una SIM y un adaptador: un Galaxy Note 2, un Galaxy S4, una Galaxy Camera, un Xperia Z… todos se rompieron por el mismo sitio y por culpa del uso de uno de estos adaptadores.

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Cuando eso ocurre, el móvil deja de poder leer tarjetas SIM y por lo tanto se convierte en un simple reproductor multimedia, en un iPod Touch. ¿Qué hacemos? Pues toca ir al servicio oficial y decir que nos lo arreglen. El problema es que hace dos o más años, estos desperfectos pasaban desapercibidos y siempre se atribuían a piezas defectuosas de fabricación. Las compañías los arreglaban sin mirar, pero con la proliferación de estos adaptadores, se han dado cuenta de que son más peligrosos de lo que parece y que muchas de esas reparaciones están provocadas por su uso.

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Así que no las cubren. Es más, recurren a la garantía para negarse, y más concretamente a uno de sus apartados en los que se especifica claramente que hemos utilizado el terminal con “accesorios no aprobados por el faricante”. Y toca pagar.

Los smartphones que más sufren estos problemas son los que llevan el lector de tarjetas SIM al estilo Samsung, donde hay que arrastar por encima de los pines la tarjeta, mientras que los ‘tipo bandeja’ como es el caso de los Nexus 4 y 5 o iPhone, es más complicado de provocar daños, pero si no insertamos bien el adaptador son tan fáciles de romper como los otros.

¿Cómo podéis evitar que os quedéis sin móvil? Pues mirad, muy sencillo. Aunque es tentador gastarse solo 3 ó 4 euros en un pack de estos adaptadores, es mejor, si cambiáis de móvil a otro con un tamaño diferente de SIM, que vayáis a vuestro operador y pidáis una tarjeta con el tamaño correcto. Podría saliros más caro que los adaptadores y tardar uno o dos días, pero siempre será menos que tener que reparar un móvil que os podría costar 60, 70, 80 o más euros.