La tele es para mayorcitos

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Un estudio reciente del analista Michael Nathanson, de Moffet Nathanson Research, revela un dato interesante: la edad media de la gente que ve televisión se está incrementando año tras año. A las nuevas generaciones no les interesa ya demasiado la caja tonta, e Internet es su puerta al mundo de los contenidos.

Durante la temporada televisiva 2013-2014 el estudio reveló que la edad media de las personas que veían la tele en Estados Unidos era de 44,4 años, un incremento del 6% con respecto a la edad media hace cuatro años. De hecho, las audiencias de las emisiones más importantes de las grandes productoras es aún más mayor, con una edad media de 53,9 años, un 7% más que en el anterior estudio.

Como apuntan en el estudio, la edad media en Estados Unidos es 37,2 años, una cifra que ha aumentado un 1,9% en los últimos 10 años. Eso revela que la edad de las audiencias crece un 5% más rápido de lo que “envejece” el norteamericano medio. La conclusión parece clara: los nuevos espectadores ya no tienen demasiado en cuenta la tele, y servicios como Vice o Netflix son los claros referentes.

Las ventajas que ofrece Internet son muchas y muy variadas: las audiencias más jóvenes tienen uncontrol casi absoluto sobre cuándo y dónde disfrutan de esos contenidos. y las emisiones en directo lo demuestran. Este tipo de programación mostró un descenso del 13% en relevancia en todos los sectores de edad excepto, ¿adivináis? entre los mayores de 55 años, que sí ven esos programas cuando se emiten en directo.

El estudio se centra en Estados Unidos, pero lo cierto es que esas conclusiones son extrapolables al resto del mundo. Los diversos sistemas que tratan de ganar la batalla por el control de los contenidos en nuestro salón (set-top-boxes, consolas, Smart TVs) precisamente tratan de ofrecer alternativas claras a una televisión tradicional que parece estar en peligro. La oferta de las cadenas televisivas no puede competir con ese irresistible menú de contenidos que ofrece Internet. Mucho más rico, mucho más accesible, y mucho más compartible.

La tele lo tiene difícil.